ThinkerToys: juguetes hechos con ordenadores en desuso
En las afueras de Phnom Penh (Camboya) se acumulan ordenadores, teclados, ratones y pantallas. Nadie los quiere. Es un estercolero tecnológico. Pero un día, pasó por allí un investigador del MIT Media Lab, y vio otro escenario. Imaginó que en ese descampado ya no quedaba nada y todas las máquinas se habían convertido en juguetes para niños. De esa idea nació un proyecto: ThinkerToys.
El indio Dhairya Dand, que pasa en la actualidad la mayor parte de su tiempo en Cambridge, comenzó a hacer juguetes con los dispositivos que encontró en las afueras de Phnom Penh. Su intención es hacer de un objeto sacado de la basura “algo nuevo e inesperado”.
¿Cómo surgió la idea?
Soy un investigador del futuro. Esto significa que construyo experiencias y productos que tratan de dar una idea sobre cómo puede ser nuestro mundo dentro de unos años. Viajo lejos y a lugares recónditos para observar a la gente, empaparme de sus culturas y ampliar mis perspectivas y puntos de vista.
El año pasado, estaba en un barrio en las afueras de Phnom Penh, en Camboya, y me encontré un vertedero de desechos tecnológicos (televisiones, teclados y ratones que la gente tiraba). Estaban ahí, arrojados, en una montaña de basura. Y había niños que, en vez de asistir a la escuela, estaban trabajando en ese lugar para conseguir su sueldo millonario de un dólar al día.
Por mi trabajo como diseñador y experto en tecnología, pensé que podría hacer algo que, de alguna manera, ayudase a los niños y contribuyera a acabar con el problema de la e-basura (eWaste). En esas fue cuando nació ThinkerToys con la intención de convertir la basura tecnológica en juguetes infantiles. Estos desechos no requieren muchas modificaciones. Solo tienes que enchufarlos y jugar. Cada juguete cuesta entre 3 y 5 dólares.
Así surgió la idea y después nació OpenToys como la comunidad de ThinkerToyes para que más personas se pudieran unir y contribuir con el proyecto.
¿Cuándo empezaste a coleccionar dispositivos obsoletos?
Mi padre era un coleccionista de pipas. Tenía esa incomprensible fascinación por las pipas de fumar. Tenía pipas de todos los tamaños, todos los materiales y todas las formas. Yo crecí con todo eso a mi alrededor. Veía constantemente a mi padre convertir esas pipas que alguien había tirado en esculturas con significado.
Para ThinkerToys, tengo pensado empezar a enviar estos juguetes directamente a los escombreros. Así, los niños pueden cogerlos entre la multitud de basura y, con solo darle a un botón, convertirlos en un juego divertido.
¿Quién está detrás de este proyecto?
Lo estoy haciendo yo solo. Pero me he dado cuenta de que no quiero convertir esto en un proyecto personal o un hobby. Tengo sueños más grandes. Quiero hacer de toda la basura electrónica en el mundo juguetes para niños. Puede sonar irracional o a tarea de mamut pero así es como comienzan todas las cosas disruptivas. Si no puedes reducir los desechos tecnológicos, dale una nueva utilidad. Crecer es todo un reto, pero estoy seguro de que pronto encontraré la forma de hacerlo.
¿Vendes estos juguetes o los regalas?
Cuando era un niño, la mayor parte de mis juguetes eran artesanales. Los hacía yo mismo. Más que regalar juguetes, me encanta enseñar a hacerlos. Y, en general, construir cosas (hardware, software, arte, artesanía…).
Fuente:
Mar Abad
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